miércoles, 22 de octubre de 2008
Días 11 al 15. NYC. The End
Días 9 y 10 de octubre. El río Hudson (Central Valley).
miércoles, 15 de octubre de 2008
Día 8. Paseo por Boston
Este día lo dedicamos a pasear por Boston. La noche anterior habíamos dormido en Portsmouth y desde allí nos fuimos a la city. La carretera como siempre estaba llena de color, todo bosque. En Boston nos acercamos al puerto con la intención de dejar el coche en el parking; la broma era de 36 dolores la hora! Afortunadamente encontramos una zona azul en la calle, con un precio módico de 2 dolares/2 horas. Comimos cerca del puerto, en el Legal Sea Food: almejas rebozadas acompañadas de bizcocho al limón, una mezcla extraña que estaba buenísima. Bajamos la comida paseando por el downtown. Nos quedó por patear la zona del rio, rodeada de árboles y jardines que se ve desde la carretera. Es realmente bonita.
martes, 14 de octubre de 2008
Días 6 y 7 de octubre. Woodstock, Vermont (New England)
Nuestros intrépidos viajeros se toman un par de días de relajo en el pintoresco pueblo Woodstock, Vermont (no confundir con el legendario pueblo rockero). Allí las viejecitas cantan, las nubes se levantan, y los animales juguetean con los farmers de tú a tú. Elegimos Vermont por sabios consejos, y por que era la manzana en su punto de la cesta que, con Maine, Connecticut, Massachusetts, New Hampshire y Rhode Island, se llama Nueva Inglaterra. Tuvimos suerte una vez más y dimos con un B&B cojonudo, con su peazo granero de 4 pisos y unos dueños la mar de enrollaos (no confundir en las fotos con Steve Martin). El cielo, como siempre, tirando a azul.
Y por fin tengo que decirlo: este pais es supercool. Las fincas, casi sin excepción, están abiertas, sin vallas, y hay una permanente sensación de continuidad entre lo privado y lo público, entre lo "salvaje" y lo "humano". En Nueva Inglaterra (no se como será Idaho) todas las carreteras y autopistas dan la sensación de atravesar bosques vírgenes, hay docenas de enormes parques nacionales o protegidos, y los pueblos son un delicado toque de civilización en la naturaleza. La gente, encantadora. Lo dicho: supercool.