Ya en plena Alaska, Alaska, nos lanzamos a la primera aventura especial: visitar un glaciar de los gordos, que van a morir al mar junto al minipueblo de Valdez (el del ExxonValdez famoso). En el camino, junto al río Cooper, nos encontramos con nuestra primera lengua blanca. Un glaciarcete que nos abrió boca. Los últimos 100 km de esa carretera son alucinantes. En
Alaska, un puerto de montaña de 1.000 metros de altitud es ya un reto: no crecen ni los abetos. Valdez nos recibió con 2 sorpresas: una, que a partir del 15 de septiembre nadie hace ni puñetero caso a los turistas, así que nada de ir a ver los glaciares gordos de Columbia o Cordova. La otra sorpresa, agradable ésta, fue encontrarnos a medio pueblín de recios pescadores metidos en el mismo garito, en una especie de fiesta recaudatoria para un marinero hospitalizado. Así que nos unimos a ellos a beber y a zampar tan contentos. Actividad lúdica del día: poner lavadora y secadora, que iba haciendo falta.
Alaska, un puerto de montaña de 1.000 metros de altitud es ya un reto: no crecen ni los abetos. Valdez nos recibió con 2 sorpresas: una, que a partir del 15 de septiembre nadie hace ni puñetero caso a los turistas, así que nada de ir a ver los glaciares gordos de Columbia o Cordova. La otra sorpresa, agradable ésta, fue encontrarnos a medio pueblín de recios pescadores metidos en el mismo garito, en una especie de fiesta recaudatoria para un marinero hospitalizado. Así que nos unimos a ellos a beber y a zampar tan contentos. Actividad lúdica del día: poner lavadora y secadora, que iba haciendo falta.
2 comentarios:
Flipante... Si no fuera por mi negativa a visitar Estados Unidos, sería un viaje pa copiar... Y que nos ha hecho mucha ilusión ver a un primo hermano de estos dos locos que tenemos por aquí...
Zaladiñoz!
QueRieN
Enrique, perdónalos porque no saben lo que hacen... y ven alguna vez a ver esta pasada de la naturaleza. Abrazos post-AuroraBorealis de ambos dos.
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